1. La Ética - 1.2 El concepto de dignidad humana

La dignidad se fundamenta en el hecho de ser, de existir, ya que todos nacemos con dignidad. Y nos viene de la capacidad que tenemos cada uno de tomar nuestras propias decisiones, de ser libres y de respetarse en primer lugar a uno mismo, y por supuesto a los demás.
Esta afirmación, a pesar de las inseguridades e injusticias que hay hoy en día en nuestra sociedad es difícil de mantener. En diversos casos es la propia persona la que no está segura de si misma, quien no cree en su propia dignidad, por lo que le cuesta aceptar que las personas piensen de manera positiva sobre ella. También están aquellos cuya intención es humillar al resto. El primer paso para perder la dignidad es sentirse superiores al resto de seres humanos. Pese a todo, todos somos iguales en dignidad, como dice la Declaración de los Derechos Humanos.
Las aplicaciones prácticas a la dignidad tienen mucho vínculo con la libertad, y sobre todo el respeto del ser humano. En nuestra opinión, la educación ocupa en este ámbito un papel fundamental, ya que si desde pequeños nos inculcan una serie de valores, será mas fácil llevarlos a la práctica. A parte de derechos, también se refiere a respeto, primordial para conservar tu dignidad, y deberes ya que los valores hay que llevarlos a la práctica.

EL CONCEPTO DE DIGNIDAD HUMANA

Esto depende del punto de vista, es decir, nosotros le tenemos más aprecio a un perro (decimos perro como puede ser mofeta, animal en general) que a un violador, pederasta, terrorista, político corrupto,… En nuestra humilde opinión una persona pierde la dignidad y el respeto en el momento en que se sienten más valiosos que otras personas o se aprovechan de una situación privilegiada para utilizarlas en su beneficio o satisfacción personal. 
“Todos somos libres desde que nacemos”, es una frase típica de película o de libro de la que nos reimos mucho, muchísimo. Estamos totalmente de acuerdo con la afirmación, pero debemos ponerle una pega: de que sirve nacer libre si luego no lo demostramos, o no nos ganamos esa libertad que nos pertenece por derecho propio. Pues con la dignidad pasa lo mismo, todos somos dignos y todos tenemos derechos, pero la dignidad y los derechos se van como vienen. Nos explicamos, es algo que hay que ganarse día a día por tus actos, aplicando esto a las personas nombradas en el anterior párrafo queda claro que ese tipo de “gente” (por llamarlos de alguna forma) ni tiene derechos, ni es digna de ser persona. 
Todas las personas somos “iguales”, queremos decir con esto que no podemos mirar por encima del hombro a otra persona por ser más listo, más guapo o tener más dinero. Pero tampoco podemos decir que somos iguales; de esta forma somos iguales pero somos diferentes al mismo tiempo. A todos se nos supone el mismo valor como persona (un valor, que como he dicho, puede devaluarse).
El valor de una persona es condicionada por el comportamiento que tiene con uno mismo y con los demás, por eso puede tener más o menos valor. No solo debe respetar a las personas sino que también debe uno respetarse a sí mismo. Esto marca el valor de cada persona e, indirectamente,  el derecho ya que es algo que solo podemos perder con nuestros actos pero no ganar puesto que es algo que nos pertenece desde la cuna.
Es cierto que no somos iguales, todos tenemos nuestras diferencias con los demás, aunque sea muy pequeña. Pero en cuanto a los derechos, como llevo repitiendo en todo el texto, nadie es superior  y es ahí donde debemos marcar la igualdad. De esta forma todas las personas son dignas hasta que pierden esa dignidad por sus actos y comportamientos. Por ello no es una invención de políticos ni de filósofos, es algo que las personas deben tener claro.


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